De entrada, por su carácter aventurezco se establece una diferenciación radical con las series de los 2000. En lugar de estar centradas en las problemáticas del día a día, como las luchas escolares, con los padres, las parejas o más recientemente, el alcohol y las drogas; la fuerza recae en la representación del mito, de las grandes hazañas y la misión suprema. Los problemas mundanos ocupan un segundo plano frente a las grandes misiones que traerán consigo la gloria eterna y el renombre.